Remordimiento vs arrepentimiento
Cómo enfrentar la vergüenza y encontrar alegría inagotable.
Cargar sentimientos de vergüenza es horroroso. Pero pretender que no pasó nada y "empezar de cero" tampoco ayuda.
¿No es ésta una experiencia universal? ¿Puede alguien escapar de los remordimientos de conciencia a las cuatro de la mañana después de haber actuado de manera inmoral o destructiva, o de no haber actuado cuando era necesario? ¿Y cuál es la fuente de esa conciencia ineludible?
Jordan B. Peterson, Beyond Order
Caminar con el peso del daño hecho a otros, el ridículo, la hipocresía, nos destruye.
En mi caso, saber que personas que antes eran cercanas ahora se han alejado por mi comportamiento pasado es doloroso.
Para algunos este peso es demasiado como para seguir caminando. Si ese eres tú o alguien cercano, quiero darte ánimo.
¿Qué podemos hacer?
En la carta anterior comenté cómo enfrentar nuestras sombras es la forma de desarrollar la humildad para el crecimiento interno y espiritual.
Sin embargo, al enfrentar nuestras sombras podemos caer en la tentación de vivir en vergüenza y ese constante mea culpa cansón.
¿Qué pasaría si existiese un camino para enfrentar el daño cometido y salir renovado en vez de avergonzado?
Yo te propongo el camino del arrepentimiento.
No, no es el camino que dio Cersei Lannister para "expiar" sus pecados. Ese es precisamente el camino de la vergüenza. Es justificación supuestamente alcanzada por el esfuerzo propio.
Remordimiento ≠ Arrepentimiento
La vergüenza usa la mentira disfrazada de verdad.
Ciertamente cometemos errores y en ocasiones horrores.
Pero el remordimiento nos dice que no merecemos perdón y nuestras fallas nos definen.
La vergüenza alimenta la tristeza y la soledad.
El camino del arrepentimiento
En cambio, el arrepentimiento es mirar a la verdad de frente, confesar con un corazón humilde, ser perdonado, recibir ese perdón, y caminar hacia adelante en paz.
La poeta y activista June Jordan sobre el dolor de la verdad: "De niña me enseñaron que decir la verdad a menudo era doloroso. De adulta he aprendido que no decir la verdad es más doloroso, y que el miedo a decir la verdad —sea cual sea la verdad— es la sensación más dolorosa de una vida moral". Fuente: Algunos de Nosotros No Morimos
Obtenido del 3-2-1 Newsletter de James Clear
Ciertamente viviremos un poco mejor si aprendemos a perdonarnos a nosotros mismos. Podemos tener una vida más tranquila si reconocemos que somos humanos, seres imperfectos, y dejamos de compararnos con la imagen que tenemos de los demás.
Pero, en el fondo, sabes que eso no es suficiente.
Arrepentirse no es sólo reconocer.
Sí, debemos reconocer que hicimos lo malo y que somos capaces de hacer tanta maldad. Pero la raíz del arrepentimiento está en el amor.
El amor propio me impulsa a buscar un mejor camino para mi ser. El amor de un ser querido me perdona el daño que le hice y me motiva a cambiar. Sin embargo, seguimos dentro del campo del amor entre seres imperfectos.
Todos sabemos lo que es arrepentirse y aún así no ser perdonados por esa persona llena de dolor o de desprecio.
Por eso, te propongo el camino del arrepentimiento en el amor supremo.
Aquel que lo da todo y no pide nada a cambio.
Conocer quién es Jesús y saber lo que ha hecho (y sigue haciendo) por mí, esto es motivo de arrepentimiento en alegría, mirando hacia adelante y avanzar hacia una vida justa y abundante.
"«Vengan, pongamos las cosas en claro», dice el Señor. «Aunque sus pecados sean como escarlata, quedarán blancos como la nieve. Aunque sean rojos como la púrpura, quedarán como la lana."
Isaías 1:18
Arrepentimiento en Alegría
Te comparto cuatro puntos de la Carta a los Romanos donde el apóstol Pablo describe este camino:
1) Unión
La unión (la total confianza) en Cristo me libera de la vergüenza más grande:
Por lo tanto ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús.
Romanos 8:1
Lo que hizo y sigue haciendo Jesús nos libera de la influencia del pecado y de la culpa.
2) Justicia
Es justo recibir un castigo por mis errores y horrores. Jesús se entregó voluntariamente para recibir ese castigo por ti y por mí:
Dios envió a su propio Hijo en condición semejante a nuestra condición de pecadores, para que se ofreciera en sacrificio por el pecado. Así condenó Dios al pecado en la naturaleza humana, a fin qde que las justas demandas de la ley se cumplieran en nosotros, que no vivimos según la naturaleza peaminosa sino según el Espíritu.
Romanos 8:3-4
Este es un regalo enorme. Yo, imperfecto y pecador, puedo recibir totalmente gratis el ser declarado inocente y justo.
Esto es sencillamente una locura. Dios, en vez de condenarme como lo merezco o despreciarme como lo han hecho otros, sacrificó a su hijo por mí.
3) Perdón
Arrepentirme significa recibir el perdón de Dios a través de Cristo.
Al recibir ese regalo le doy entrada a Dios para renovar mi mente. Ya mi orgullo no es un obstáculo (o lo es cada vez menos) para recibir día tras día el regalo del perdon que me transforma.
De hecho, no hay distinción, pues todos han pecado y están privados de la gloria de Dios, pero por su gracia son justificados gratuitamente mediante la redención que Cristo Jesús efectuó.
Romanos 3:22b-24
Si Dios me perdonó, en humildad yo puedo (y debo) perdonarme.
4) Confianza
Mis pensamientos ya no están enfocados en la culpa ni en lo que otros piensen de mí. De hecho, puedo pensar cada vez menos en mí y ser de beneficio para los demás. Ese perdón también me libera de estar juzgando a otros. No tengo porqué cargar con esa responsabilidad. Ahora tengo plena libertad de escuchar con atención a otros y descubrir oportunidades para amarlos.
¿Qué diremos frente a esto? Si Dios está de nuestra parte, ¿quién puede estar en contra nuestra? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no habrá de darnos generosamente, junto con él, todas las cosas? ¿Quién acusará a los que Dios ha escogido? Dios es el que justifica.
Romanos 8:31-33
Recibir el perdón me libera de la hipocresía, de la culpa, y del falso moralismo.
Ya no tengo porqué pretender. Puedo ser.
No quiero pretender que soy mejor persona, quiero ser transformado.
La buena vida es aquella donde reconocemos nuestras sombras, nos apartamos de la vergüenza, y caminamos hacia el libre perdón.
Mientras nuestra cultura juega al estatus, “virtue signaling”, y acumulación material, yo prefiero el camino del arrepentimiento y crecimiento en el amor inseparable de Dios.
Un abrazo.
Dani,